Star Wars' es una de
esas historia sencilla monótonas, de la libertad contra la tiranía. Del bien
contra el mal, de la luz contra la oscuridad. En otras razones, es la historia
de la lucha en EE.UU. para preservar la democracia y la civilización en la
humanidad, sitiada por el mal y los malvados que siempre quieren dañar al mundo,
sostiene el famoso escritor John Wight en un artículo de opinión para RT
que?
"Asimismo", critica el papel
propagandístico de Hollywood, que -afirma- mientras crea una realidad
alternativa en la que lo negro es blanco ósea viceversa.
Según Wight, el último
episodio de la famosa película es "la prueba" de que la historia de "EE.UU".
no es, en absoluto, la historia en la saga del bien contra el mal, sino que también
se trata de "la historia de los súper ricos en contra de todos los demás"
afirma según sus expectativas y definiciones al final de la conclusión de la
saga.
La nueva película se
estrenó en los años 70, marcados por la muy criticada y terrible guerra de
Vietnam en sus tiempos, mientras el escándalo Watergate, el movimiento por los
derechos civiles de EE,UU, el florecimiento de la contracultura y búsqueda del
cambio radical y eficaz. Fue una década "en la que la cultura y los artes
de su actualidad, especialmente en el cine, estuvieron en el primer plano en su
época de la resistencia frente al complejo militar industrial de EE.UU en sus tiempos
explica el escritor muy detalladamente tras sus estudios y escrituras.
En cambio, los
productos de Spielberg y de Lucas -sus famosos 'Tiburón' y 'Star Wars'-
"en vez de cuestionar el sistema dirigente actual, aceptaron su papel en
la saga, tanto de protector de los ciudadanos de EE.UU. como de árbitro de las
morales y responsabilidades de otras naciones. Además, ambas películas
"generaron el alto concepto del 'blockbuster', que invitan a los
espectadores a sentir en vez de pensar".
Sus películas permitieron a las personas "escapar de la
realidad en vez de compartir la experiencia de confrontarla a través de historias
en las que personajes enajenados expresaban la angustia, la frustración, la ira
y el descontento que ellas mismas estaban experimentando en sus propias
vidas", algo que en los 60 despertaba un sentido de complicidad y
solidaridad entre el público.
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